La tienda de Julio |
Todo
muere menos los recuerdos, esta tienda la de mis padres fue mi primera escuela
de la vida. Ahora solo queda esta fachada deteriorada por el paso de los años,
está muriendo, pero solo con contemplarla yo recobro vida.
Tantas
personas me vienen a la mente y que muchas de ellas ya no están.
Tantos
momentos que no se repetirán pero que serán eternos.
Procesiones,
bodas, las Damas de las fiestas, remolques repletos de uva en la vendimia, el
auto Res y en su momento la carretera N-301, pasaban por delante de mi tienda.
Sí, mi
tienda porque aunque fue de mis padres siempre será algo mío que formará parte
de mi vida.
Como mi
pueblo, mi Provencio, siempre será mío y lo bueno es que sigue vivo, con nuevas
generaciones de provencianos y que también sus ancestros pasaron por mi tienda.
Espero
que se conserve su exterior (mi tienda), pues su interior aunque físicamente
esté vacío, siempre estará dentro de mí.
La vida
me obligó a marcharme, es lo que peor llevo, aunque lo más importante es que sé
a ciencia cierta que mi Provencio, siempre estará con los brazos abiertos para
recibirme.
Mi
querido pueblo, El Provencio, siempre vas a formar parte de mis recuerdos
y de mi vida, te quiero.
©Ricardo Martínez Moreno marzo 2014